Vaierá – Di-s se revela a sí mismo

Resumen de la parashá. Por Chani Benjaminson

Abraham acaba de ser circuncidado a los 99 años, una edad nada fácil para pasar por esto. Entonces Di-s envía un sol muy, muy caliente para que nadie viaje y se detenga en la casa de Abraham para molestarlo mientras se recupera.

Pero Abraham está molesto porque no hay invitados ese día y se sienta en una de las entradas de su tienda, esperando que alguien venga para poder cumplir con la mitzvá de tener invitados en su casa.

Entonces Di-s envía tres ángeles vestidos de hombres a Abraham y Abraham, emocionado, corre a prepararles una deliciosa comida. Uno de los ángeles anuncia que, dentro de un año, Sara tendrá un hijo. Sara escucha esto y se ríe; ¡recuerde que tenía 89 años!

Los otros ángeles reciben una misión de Di-s: tienen que destruir la ciudad de Sodoma, porque está llena de gente malvada que roba, mata y hace muchas cosas malas. Abraham reza a Di-s y le pide que salve la ciudad, pero, por desgracia, no hay gente justa por cuyo mérito la ciudad pueda ser salvada. Pero los ángeles salvan a Lot, el sobrino de Abraham que se había mudado a Sodoma, y ​​a su familia. Mientras los conducen fuera de la ciudad, les advierten que no miren hacia atrás, pero la esposa de Lot mira hacia atrás y se convierte en una columna de sal. La ciudad de Sodoma se da vuelta y desaparece para siempre.

Abraham y Sara se mudan a Gerar, donde Sara es tomada nuevamente cautiva, esta vez por el rey Avimelej , pero Di-s se revela a este rey en un sueño y le advierte que libere a Sara, y él lo hace. Poco tiempo después de este evento, Di-s recuerda Su promesa a Abraham y Sara, y Sara queda embarazada y tiene un hijo al que llaman Itzjak-Isaac como Di-s les dijo que hicieran.

Cuando Isaac cumple ocho días, hacen una gran fiesta y lo circuncidan. Todos ven el gran milagro que Di-s ha hecho: ¡Sarah parece una joven de 20 años!

Abraham era un hombre muy especial que amaba mucho a Di-s, y para probar su amor, a lo largo de los años Di-s le envió diferentes pruebas.

En esta parashá aprendemos que Di-s le envía a Abraham la décima y más difícil de todas las pruebas: ¡le ordena que lleve a su hijo Isaac como sacrificio! Abraham no llora ni se queja, toma a Isaac, ensilla su burro y se dirige al monte Moriá . Allí, el propio Isaac no se queja y deja que su padre lo ate al altar. En ese momento, un ángel detiene a Abraham y le dice que esto era solo una prueba, por lo que Abraham sacrifica un carnero en su lugar y guarda los cuernos para el futuro.

El Monte Moriah es la montaña en la que se construyeron los Templos Sagrados, hoy conocido como Monte del Templo . Al final de la parashá leemos que nace Rebeca , la hija de Betuel , el sobrino de Abraham .

 

¿Quiénes son las Matriarcas?

Por Shlomo Nudelman

Las matriarcas judías, también conocidas como “ imahot ” (hebreo: אִמָּהוֹת), son las cuatro mujeres fundadoras del pueblo judío:

Sara
Rivka (Rebeca)
Rajel (Raquel)
Lea

Sus vidas y acciones están registradas en la Biblia, específicamente en el Libro del Génesis, donde jugaron un papel crucial en la formación de la nación de Israel, junto con sus maridos, los tres patriarcas, Abraham , Isaac y Jacob. Sara , que estaba casada con Abraham, fue la primera de las cuatro madres del pueblo judío. Rebeca era la esposa del hijo de Sara, Isaac. Y Lea y Raquel estaban casadas con el hijo de Rebeca, Jacob .

¿Qué hicieron las Matriarcas?
Cada una de las matriarcas judías tuvo un profundo impacto en la formación y la base espiritual del pueblo judío.

Sara, a través de su fe y del nacimiento milagroso de Isaac, aseguró la continuidad del pacto de Abraham con Di-s. Después de que nació su hijo, supervisó celosamente su crianza, incluso tomando la difícil decisión (aprobada por Di-s ) de despedir a su hijastro, Ismael.

Rebeca, cuya bondad innata la convirtió en la pareja perfecta para Isaac, consiguió la bendición de primogenitura de su esposo para su hijo, Jacob.

Raquel, tras sufrir infertilidad, murió al dar a luz a su segundo hijo. Por ello, Raquel es personificada como la quintaesencia de la maternidad, que se sacrificaría por sus hijos a lo largo de los siglos.

Lea, a pesar de las pruebas personales y de no ser amada por Jacob tanto como su hermana Raquel, engendró seis de las 12 tribus de Israel, dando forma significativa a la nación.

¿Cuál es la fuente de las cuatro Matriarcas?
Según el Talmud , hay tres Patriarcas y cuatro Matriarcas. El número de Patriarcas tiene sentido, porque son tres hombres que son los antepasados de todos los segmentos del Pueblo Judío, a diferencia de los hijos de Jacob, los progenitores de 12 tribus únicas.

Pero las matriarcas son diferentes. Tanto Raquel como Lea dieron a luz a sólo algunas de las 12 tribus, siendo Lea la madre de seis y Raquel la madre de dos. Hay cuatro tribus adicionales que descienden de las concubinas de Jacob, Bilha y Zilpa.

Entonces, ¿por qué hay cuatro matriarcas? ¿No deberían ser dos (Sara y Rebeca) o seis (Sara, Rebeca, Raquel, Lea, Bilha y Zilpa)?

El Talmud responde que la designación de Patriarca o Matriarca no se basa (estrictamente) en la ascendencia sino en la prominencia. Fueron estas cuatro grandes mujeres las que formaron la base espiritual sobre la que se construyó nuestra nación.

Hospitalidad Divina

Ushpizin en Arameo quiere decir “huéspedes.” Traducido al español, la palabra pierde algo de su misterio y algo de su sentido, estos “huéspedes” son de hecho absolutamente misteriosos (por lo menos hasta que aprendemos más sobre ellos) y de otro mundo (por lo menos hasta que les hagamos lugar en nuestro mundo). Utilizamos el término Arameo porque nuestra fuente original sobre estos huéspedes místicos es el Zohar, el  mayor trabajo cabalístico escrito en esta lengua mística.

Hay siete “huéspedes” que vienen a visitarnos en la sucá, la choza cubierta de ramas en la cual comemos nuestras comidas a lo largo del festival de Sucot — uno para cada uno de los siete días del festival.

Está escrito en el Zohar (Libro básico de la Cabalá), que durante los días de la festividad de Sucot concurren a la Sucá los USHPIZIN (huéspedes).

Son los Tzadikim de nuestro pueblo: Abraham, Itzjak, Iaakov, Moshé, Aarón, Iosef, David. Cada día de la fiesta uno de ellos es el visitante principal y los demás lo acompañan. La primer noche recibimos a Abraham Avinu (nuestro patriarca).

Abraham se destacó por su entrega a la Mitzvá de hajnasat orjim (hospitalidad con los forasteros), que realizaba con fervor y entusiasmo.

La Guemará aprende de él que “es mayor la Mitzvá de hajnasat orjim que recibir la Morada de Di-s”, ya que Abraham pidió permiso a Di-s para interrumpir Su visita y poder atender a unos forasteros que se acercaban.

TODOS SOMOS VISITAS

La esencia de hajnasat orjim refleja la esencia de nuestro servicio a Hashem en el galut (exilio). El pueblo de Israel se encuentra en este momento en una situación de “visita”, Nuestros Sabios compararon las circunstancias del galut con “ hijos que fueron desterrados de la mesa de su padre”. El lugar natural del iehudí es encontrarse junto a la mesa de su Padre, Di-s, entonces durante el exilio el judío no está en su espacio original, adoptando la característica de foráneo. ¿Por qué creó Hashem esta situación?, Esto se debe a la integridad que logramos en nuestro servicio a Él en este período.

 

LA VENTAJA DEL GALUT

Nuestros Sabios dijeron: “Di-s tuvo misericordia al dispersarnos entre los pueblos”. Toda la intención de este esparcimiento a lo largo y ancho del mundo no es un castigo sino una meta positiva. La voluntad de Di-s es que cada iehudí introduzca Santidad y Divinidad en cada lugar que se encuentre y lo convierta en apto para ser “una morada para El” en el momento de la llegada del Mashíaj. También así se expresa Rabí Israel Baal Shem Tov, el primero de los huéspedes jasídicos, sobre el versículo “Di-s conduce los pasos del hombre”, es decir que a cada lugar al que el judío llega, no lo hace por propia voluntad sino que Hashem guía sus pasos para que cumpla su misión en este mundo.

 

LA VIRTUD DEL HUÉSPED

La Mitzvá de hajnasat orjim manifiesta la importancia y valor del servicio cuando estamos en el contexto de orjim.

Por medio de que un judío recibe hospitalidad se logra una elevación espiritual que incluye tanto al anfitrión como al invitado.

Y esta también es la riqueza exclusiva de los días del galut, ya que sólo por medio de ella podemos “recibir la Morada de Di-s” así como será  en el momento de la llegada de la Gueulá, donde se revelará la Gloria de Hashem, con alegría.

 

LIKUTEI SIJOT, TOMO 29, PAG. 354

La alegría de Bet Hashoeva

“Quien no vio la alegría de Beit Hashoevá no vio alegría en sus días” (Sucá 51,a)

En la Fiesta de Sucot hay un mandato especial de alegrarse, y la misma fiesta es llamada en nuestras plegarias “Tiempo de nuestra alegría”, Zman Simjateinu. 

Además, hay en esta fiesta preceptos que traen consigo alegría adicional, como ser la alegría de Bet Hashoevá, la cual está ligada con el precepto de verter el agua sobre el altar del Templo de Jerusalem(1). Cuando se extraía el agua del río Shiloaj se festejaba con gran algarabía, “y extraerán agua con júbilo, de los manantiales de la salvación”(2)

La alegría de Bet Hashoevá supera a todas las demás alegrías, al extremo de que nuestros Sabios z”l declararon (3) que: “Quien no vio la alegría de Bet Hashoevá, no vio alegría en sus días”. ¿Qué tiene de especial verter agua sobre el altar como para generar una alegría de tal magnitud?

VINO – ALEGRÍA LIMITADA

En el Sagrado Templo se vertía vino sobre el altar. El derramar el vino se realizaba con alegría y cánticos, y como decía nuestros Sabios z”l (4): “no se recitan cánticos sino sobre el vino”. Pero la alegría de verter agua la superaba totalmente. Esto es sorprendente, puesto que la característica del vino es generar alegría, mientras que el agua no posee elemento alguno que provoque alegría.

Pero en verdad justo aquí está la respuesta. El verter el vino, que alegra por naturaleza(5), genera una alegría ligada a las características y tendencias naturales del hombre. Esta es una alegría limitada en su misma esencia, ya que depende del grado de alegría que puede generar el vino. Mientras que verter el agua refleja una alegría generada por lo Divino, que no depende de la naturaleza humana, por ello es ésta una alegría ilimitada.

AGUA- ALEGRÍA SIN FIN

En ambas mitzvot,- verter el vino y verter el agua,- la alegría está ligada a la santidad del precepto. Sin embargo, en el vertido del vino la alegría de la mitzvá está engarzada con la característica alegre del vino, como decían nuestros Sabios z”l(6): “no hay alegría salvo con el vino”. Eso hace que la alegría sea limitada, ya que la característica del vino que genera alegría es limitada.

En contraposición con ello, la alegría del verter agua no está vinculada con un factor natural. Por el contrario, por su naturaleza, el agua no genera alegría alguna. La alegría surge aquí del aspecto Divino de la Mitzvá,- del hecho que Hashem nos ordenó verter agua sobre el altar. El judío celebra el hecho de que se le dio el privilegio de cumplir con la Voluntad Divina. Es por ello que esta alegría no tiene medida ni límite alguno.

VINO Y AGUA HOY EN DÍA

También hoy existe el verter del agua y del vino en un sentido espiritual. “Verter el vino” significa la alegría al cumplir una mitzvá como consecuencia de una elaboración racional. Siendo que la felicidad proviene de lo racional, que es limitado, también la alegría es limitada.

“Verter el agua” significa una alegría al cumplir los preceptos, que proviene del interior del alma, más allá de la lógica. Cuando un judío se entrega totalmente al Altísimo, al escuchar que Hashem le manda cumplir una Mitzvá no requiere de un análisis intelectual y de una racionalización, y se llena espontáneamente de una poderosa alegría que brota de lo profundo de su alma Divina. Esta alegría no tiene límites, esta es la alegría de Simjat Bet Hashoevá, y quien no tuvo el privilegio de verla “no vio alegría en sus días”.

(Likutei Sijot tomo 24 pag.246)

1. Rambam Hiljot Tmidin Umusafin cap 10:6 2.Ieshaiahu 12:3 3.Sucá 51:a 4.Brajot 35,a 5.Ver Menajot 20,a 6.Psajim 109,a Shulján Aruj Amur Hazakén Oraj Jaim 529 inc. 7

Sincero arrepentimiento

La verdadera morada de un sincero arrepentimiento, es la Sucá.

“…Que tus generaciones sepan que Yo causé que los Hijos de Israel moren en Cabañas”. (Levítico 23:43)

¿Cuál es el significado en el orden del año?

¿Por qué Sucot, la fiesta de las cabañas, viene en seguida después de Rosh Hashaná y Iom Kipur?

Rashi dice en este versículo, que “Sucot“, literalmente “cabañas”, se refiere a las Nubes de Gloria que protegían a los Hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Si es así, pregunta Rabeinu Asher (conocido por el nombre de su famoso epítome de la Ley Judía, el “Tur”), ¿Por qué no celebramos Sucot en el mes de Nisan en la Primavera, cuando los Hijos de Israel fueron protegidos por el calor ardiente del desierto por las “Nubes de Gloria”?

El Tur contesta que si las personas saldrían a la Sucá en Nisan, cuando el clima es cálido y seco en la Tierra de Israel, no sería algo muy inusual. Pero si se van de sus casas, a morar en cabañas en el mes de Tishrei (como lo hacemos hoy en día), cuando el clima allí comienza a estar más fresco y húmedo, sería obvio que no lo estamos haciendo por comodidad, sino, para servir a Di-s.

El Jidushei HaRim trae otra respuesta en tradición a los maestros Jasídicos Polacos: Cuando en la Torá, en Parshat Emor, nos describe los detalles de la festividad de Sucot, nos instruye que debemos morar por siete días en la Sucá. “… para que las futuras generaciones sepan que “Yo lo hice morar en cabañas cuando los saqué de Egipto”. (Levítico, 23:43)

Durante todo el año, el judío pelea contra su mala inclinación, cayendo de tiempo en tiempo en la transgresión. Siendo que el Talmud establece que una persona no comete una transgresión a menos que un espíritu de enajenación lo embargue (Tratado de Sotá 3a), todo el año la persona está como sin discernimiento. Sin sensatez, uno no puede cumplir adecuadamente la mitzvá de Sucá.

Un Baal Teshuvá verdadero (arrepentido, retornante), luego de los días de Rosh Hashaná y Iom Kipur, queda sin un lugar al que pueda llamar ‘casa’. El Baal Teshuvá está en su propio mundo, un mundo que incluso los Tzadikim (rectos) no tienen acceso, como establecen nuestros Sabios, “En el lugar en que los Baalei Teshuvá están parados, incluso los Tzadikim absolutos no tienen acceso” (Talmud, tratado de Berajot 34b).   Di-s, que deseaba que el Baal Teshuvá se convierta en quien es, está obligado a su vez de proveerlo de un lugar para que el Baal Teshuvá pueda vivir. Ese lugar es la Sucá.

Di-s, es llamado “El Lugar” (En Hebreo, “HaMakom”). Incluso Él, que hizo que este mundo exista y no hay lugar en el mundo que esté desprovisto de Su presencia, Su lugar no es en este mundo. Por lo tanto, sólo Di-s puede crear un lugar para alguien que no tiene lugar donde morar. En verdad, en virtud de convertirse en una persona sin lugar, el Baal Teshuvá tiene la posibilidad de hacer de cualquier lugar en el mundo, su morada.

Este mundo existe sobre tres pilares: Verdad, Juicio y Paz. “Verdad” es Rosh Hashaná, cuando Di-s asigna a cada uno lo que honestamente precisa. Iom Kipur es el Juicio, el  momento del juicio principal de cada individuo. Sucot es Paz, cuando Di-s extiende Su Sucá de Paz para los Baalei Teshuvá. La Sucá es física, estructuras finitas de madera y ramas que, extraordinariamente crean un receptáculo para una infinita e ilimitada morada para la Divina Presencia. El mundo que incesantemente expone la Divina Presencia, es el mundo de un verdadero Baal Teshuvá. Por lo tanto, siendo que la presencia de Di-s llena este mundo, también cada lugar del mundo se convierte en una morada para el Baal Teshuvá.

Sólo después de la expiación de Rosh Hashaná y Iom Kipur en el mes de Tishrei, cuando la persona se limpia de sus transgresiones y decide ser un tzadik de ahora en más, es que tiene el entendimiento para cumplir adecuadamente con la Mitzvá de Sucá.

Basado en Sfat Emet y otras fuentes de la Kabalá y el Jasidut.

Por Biniomin Adilman

¿Qué son las Selijot?

Caminas hacia la sinagoga. Ya es madrugada, pero hay docenas de Judíos que se han juntado allí. En el frente, envuelto en un Talit, el Jazan está a punto de comenzar su Servicio. Rápidamente abres tu libro en “Selijot del primer dia”. Pero, ¿qué son las Selijot exactamente? Démosle un vistazo juntos. 

Selijot: Plegarias en comunidad pidiendo el perdón Divino, se recita durante las Altas Festividades o en los dias de ayunos Judíos. 

En Síntesis

Mientras la mayoría de los Servicios Judíos se llevan a cabo durante el día o la tarde, las Selijot de las Altas Festividades son la excepción, llevándose a cabo en las tempranas horas de la madrugada. Son la inspiracion para el alma como introducción a los Días Solemnes. 

En la tradición Ashkenazi (el foco de este artículo), la primera noche de Selijot es la más “grande”, y se lleva a cabo luego de medianoche el sábado antes de Rosh HaShana. En congregaciones más grandes, el Servicio es dirigido por un cantor y un coro, y puede fácilmente durar más de una hora. En comunidades más pequeñas e informales, puede llevar menos tiempo. Las Selijot subsiguientes se recitan justo antes de las plegarias matutinas

La liturgia para las Selijot de las Altas Festividades no se encuentra en la mayoría de libros de rezos, sino que pueden hallarse en libros especiales para Selijot, con una selección diferente para cada dia. 

Las Selijot actuales son una compilación de versículos de Torá y obras escritas en hebreo poéticamente, en las que le pedimos a D-s que nos perdone a nivel personal y colectivo. Uno de los versos que se repite a menudo es “13 Atributos de Misericordia,” donde D-s se reveló a Moisés en el Sinaí como llave del perdón. Esta es la base de todo el Servicio, y por cuanto que se lo considera una plegaria en comunidad, puedes decir esta frase solo cuando rezas con la congregación.  

Para la mayoría de las Selijot, el líder entona la primera y última línea de cada párrafo, permitiendo a la congregacion a leer la mayoria de párrafos por si mismos. 

      •  Como vamos a discutir, hay ciertos himnos, conocidos como “pizmonim”, los cuales la congregación lee una línea, y el líder la entona luego de ellos. Hay un “pizmon” diferente cada día. 

      • Ya hacia el final, se abre el arca, y una serie de versos, que comienzan con las palabras “Shma Kolenu” (“Escucha nuestra voz”) son recitadas en forma de respuesta, primero por el líder y luego por la congregación. 

      • Casi al terminar, está la confesión “Ashamnu”, en la que nombramos alfabéticamente una lista de pecados que nosotros (como comunidad) cometimos. Golpeamos levemente nuestro pecho al nombrar cada uno de los pecados.  

    ¿Cuándo se Dicen las Selijot? 

    Comenzamos a decir Selijot unos cuantos días antes de Rosh HaShana. De acuerdo con la costumbre Ashkenazi, las primeras Selijot se recitan el sabado despues de “la medianoche halajica” antes de Rosh Hashaná, y un mínimo de cuatro días de Selijot deben observarse. Por eso, si el primer dia de Rosh HaShana cae un  jueves o Shabat, las Selijot comienzan en la noche del sábado que precede al Año Nuevo.

    Si Rosh HaShana cae lunes o martes, las Selijot comienzan el sábado de noche aproximadamente una semana y media antes de Rosh HaShana. Comenzando en la mañana del lunes seguido del primer servicio de media noche, las Selijot se recitan en forma diaria antes de las plegarias matutinas hasta Rosh HaShana (excepto en Shabat, ya que las plegarias penitenciales son inconsistentes con los días pacíficos y alegres). 

    Los Sefaradim recitan las Selijot durante todo el mes de Elul. 

    La mayoria de las comunidades judías siguen recitando las Selijot durante los Diez Días de Arrepentimiento, los días entre Rosh HaShana y Iom Kipur.

    De acuerdo a la costumbre de Jabad, las Selijot no se dicen en esos días, con la excepción del 3 de Tishrei, cuando las Selijot son recitadas como parte de la conmemoración del ayuno de Gedalia. 

    El cuarto Rebe de Jabad, Rabi Shmuel de Lubavitch, una vez le preguntó a su ilustre padre, el Tzemaj Tzedek, por qué las comunidades de Jabad no continúan diciendo Selijot durante los Diez Días de Arrepentimiento. “Hijo”, le respondió, “ ya no es el momento para palabras. Ahora debemos traducir palabras en acción…” 

    Más en la Liturgia de las Selijot

    A diferencia del Servicio convencional, las Selijot no incluyen el Shema o la Amida, pero sí contiene algunas características del Servicio típico: comienza con Ashrei (Salmo 145) y un medio Kadish, y finaliza con un Kadish completo. 

    La sección de instrucción y finalización del texto de Selijot son las mismas cada dia, y consisten esencialmente en pasajes bíblicos y antiguas plegarias.

    La sección del medio varía, contiene selecciones de plegarias (piyutim) para cada dia en un orden especial, con súplicas en común como las repetidas apelaciones a los atributos Divinos de misericordia. La sección del medio también tiene un “pizmon” (himno o refran) para cada dia. 

    Durante el Año 

    Aun siendo el foco de este artículo en las Selijot pre y post Rosh HaShana, debemos señalar que hay versiones de Selijot que se dicen en los servicios matutinos en días de ayuno como Tzom Guedalia, 10 de Tevet, Taanit Ester y 17 de Tamuz (pero no el 9 de Av). 

    Hay también Selijot especiales para aquellos que acostumbran ayunar en Behav,e incluso textos que se recitan en casos de sequía o cuando niños son víctimas de una plaga. 

    En Iom Kipur, el dia dedicado a nuestro perdón, cada plegaria es seguida de Selijot. 

    Los piyutim fueron compuestos en el periodo de los Gueonim y poco después (entre aproximadamente los siglos IX y XII). 

    Sus autores incluyen algunas de las más grandes autoridades de esos tiempos, tal como Rav Saadia Gaon, Rabenu Gershom Meor Hagolah, Rabi Shlomo Itzjaki (Rashi), y miembros del grupo de Baalei Tosafot.

    La mayoría de ellos han insertado sus nombres como acrónimos o acrósticos. 

    Sus composiciones invariablemente usan frases bíblicas o paráfrasis, y varias veces hacen referencia a enseñanzas rabínicas. 

    Otra característica común de los piyutim son su estructura poética, y la mayoría de ellos siguen el orden alfabetico Hebreo. (Esto tambien es asi en varias de las plegarias de la sección final).

     

    Hay más piyutim de aquellos que aparecen en alguno de los Servicios. Diferentes comunidades han creado una selección de piyutim para recitar, así formando una variedad de costumbres y/o versiones de Selijot. 

    Varios de los textos fueron originalmente elecciones locales, pero una vez que una costumbre es adoptada a nivel colectivo, cada uno debe seguir la costumbre de su comunidad y no puede cambiarla omitiendo, agregando o cambiando piyutim. 

     

    El Midrash nos cuenta que el Rey David estaba asustado cuando previó profeticamente la destruccion del Templo Sagrado y el cese de las ofrendas de sacrificios. “¿Cómo van a expiar los Judíos sus pecados?” se preguntó. 

    D-s le respondió: “Cuando el sufrimiento recaiga sobre los Judíos por sus pecados, ellos deberán juntarse frente a Mi en total unidad. Juntos deberán confesar sus pecados y recitar el orden de las Selijot, y Yo responderé a sus plegarias”.

    Por Menajem Posner

    Shofar

    La Mitzvá principal de estas fiestas es escuchar el Shofar.

    El Shofar es un instrumento de viento confeccionado preferiblemente del asta de carnero, aunque el asta de cualquier animal sirve mientras se trate de un cuerno que crece con cartílago.

    Este instrumento ritual debe ser tocado de una manera particular y por una persona entrenada. Hay tres tipos de sonidos producidos con el Shofar: Tekiá o sonido largo, Shevarim o sonido medio entrecortado y Teruá o sonido muy entrecortado. Representan diferentes tipos de llantos provocados por nuestro distanciamiento de Di-s. Reflejando diversos versículos bíblicos al respecto, escuchamos una serie de combinaciones de dichos sonidos.

    Hoy en día se hace sonar el Shofar en tres ocasiones: todo el mes de Elul (todos los días del último mes del calendario hebreo, menos en Shabat y la víspera de Rosh Hashaná), en Rosh Hashaná, y al finalizar Iom Kipur. 

    Durante el mes de Elul hacemos sonar el Shofar para sensibilizar y conscientizarnos en cuanto al acercamiento de Rosh Hashaná.

    En Rosh Hashaná, el Shofar tiene varios fundamentos:

    Como Rosh Hashaná es el aniversario de la creación del hombre y lo primero que hizo el hombre fue reconocer la soberanía de Di-s, se trata entonces del aniversario de la coronación de Di-s como rey.

    El Shofar se hace sonar cumpliendo el papel de las trompetas que suenan en una coronación.

    Por otra parte, Rosh Hashaná es el primer día del período de Teshuvá, o retorno a Di-s. El sonido del Shofar viene a anunciar el arribo de dicha oportunidad especial de retorno.

    Además, el Shofar invoca el momento en el cual recibimos la Torá en el Sinaí, nos inspira a que “renovemos el contrato” que asumimos con Él en ese momento.

    Para que todos puedan cumplir con esta importante tradición habrá puntos de encuentro al aire libre en el AMBA y en distintos lugares del interior del país.

    Actitud de gratitud

    Lecciones de vida de la parashá Ki Tavo
    Por Yehoshua B. Gordon

    Cosechando Apreciación
    La parashá de Ki Tavo comienza con la hermosa mitzvá de bikurim , el mandamiento para que todos los agricultores lleven las primicias de sus cosechas al Sagrado Templo . Esta mitzvá se aplica únicamente a los productos cultivados en la Tierra de Israel y únicamente a las siete especies por las que se alaba a la Tierra Santa: trigo, cebada, dátiles, higos, uvas, granadas y aceitunas. Cada año, cuando aparecían las primicias de estas especies, el agricultor las designaba verbalmente como bikurim y les ataba un marcador para identificarlas más tarde. Luego, estas frutas se colocaban en una canasta y se llevaban al Templo de Jerusalem (Hasta que se construyó el Templo, las bikurim se llevaban al Tabernáculo ).

    Cuando los agricultores llegaban a Jerusalem , se podía ver una variedad de canastas: los agricultores sencillos usaban canastas sencillas y modestas, mientras que los más prósperos llevaban sus frutas en elegantes canastas de plata. Una vez en el Templo, el agricultor presentaba las primicias a un Kohen , uno de los sacerdotes. Juntos, realizaban una ceremonia en la que tanto el agricultor como el Kohen sostenían la canasta y la agitaban en seis direcciones. Luego, el agricultor ofrecía una oración de acción de gracias a Di-s .

    En esencia, la mitzvá de bikkurim se trata de gratitud, de agradecer a Di-s por traernos a la Tierra Santa, la Tierra prometida a nuestros antepasados.

     

    En la ceremonia de bikkurim , es como si el judío le dijera a Di-s: “Sé que a menudo recurro a Ti en busca de ayuda, pero antes que nada, quiero agradecerte”. En esta declaración anual, reconocemos que estamos en casa, seguros y a salvo en nuestra Tierra, aunque no siempre fue así. Recordamos: Labán el arameo intentó destruir a nuestro antepasado Jacob , y se vio obligado a bajar a Egipto con su pequeña familia. 1 A pesar de llegar a la casa de Labán solo y con nada más que su bastón, la familia de Jacob floreció en Egipto y se convirtió en una “nación grande, poderosa y numerosa”.  Y ahora, de pie en el Sagrado Templo con nuestros primeros frutos, decimos: ¡gracias!

    La idea de mostrar aprecio no es exclusiva de los bikkurim. Hakarat hatov —mostrar aprecio por el bien que se nos ha hecho— es una piedra angular de los valores judíos.

    De hecho, así es como comenzamos cada día. Lo primero que hace un judío por la mañana, incluso antes de levantarse de la cama, es recitar Mode Ani , una oración de acción de gracias:

    “ Mode ani —Te doy gracias, Rey vivo y eterno, porque misericordiosamente has restaurado mi alma dentro de mí; Tu fidelidad es grande.”

    En esencia, estamos agradeciendo a Di-s por el regalo de poder despertar.

    Mi padre, el rabino Sholom B. Gordon, de bendita memoria, era muy meticuloso con la lectura de los obituarios cada mañana. Solía ​​decir: “Me despierto, miro el periódico y hojeo los obituarios. Si no estoy allí, ¡estoy teniendo un buen día!”.

    Ser feliz
    Después de cosechar tus productos y compartirlos con los menos afortunados, Di-s dice: “Entonces, te alegrarás con todo el bien que el Señor, tu Di-s, te ha concedido a ti y a tu familia, a ti, al levita y al extranjero que está entre ustedes”. 

    Sé feliz. Di-s fue bueno contigo y tú, a su vez, fuiste bueno con los demás. Fuiste alegre y brindaste alegría a los demás. Todos deberían estar felices y todos deberían celebrar.

    Por eso también el momento óptimo para traer bikkurim es entre Shavuot y Sucot —la temporada de la cosecha— cuando el agricultor estaba ganando dinero y su alegría estaba en su apogeo. 

    Diezma y serás bendecido
    Además de la ofrenda de bikurim , los agricultores judíos debían separar varios diezmos diferentes de sus productos a lo largo de un ciclo de tres años. Estos se distribuían entre los sacerdotes, los levitas y los pobres. Uno de ellos, el segundo diezmo, debía ser disfrutado por sus dueños en Jerusalem. Mi padre, de bendita memoria, solía decir que, en términos jasídicos, la experiencia del segundo diezmo es como ir a Jerusalén y tener un farbrenguen : tomas vino y buena comida, reúnes a tus amigos y familiares, te sientas, dices lechaim y hablas sobre espiritualidad.

    Al final de cada ciclo de tres años, al llegar a Jerusalem para la Pascua , cada agricultor declaraba que había cumplido con todos sus deberes de diezmo y luego suplicaba a Di-s que bendijera a Su pueblo y la Tierra:

    «Mira desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres: una tierra que mana leche y miel». 

    La palabra hebrea que se usa para “mirar hacia abajo” es hashkifah . Hay varias palabras hebreas para “mirar”, pero hashkifah generalmente denota una mirada de severidad o juicio.

    Entonces, ¿por qué la declaración del agricultor incluye la dura hashkifah cuando pide bendiciones?

    Decimos a Di-s: “Hemos dado tzedaká , hemos cumplido con nuestras obligaciones de caridad meticulosamente, hemos seguido todas las reglas. Por eso, bendícenos en el mérito de la caridad, transformando incluso lo negativo en bueno”.

    A veces, nos llega lo opuesto a las bendiciones. Esta parashá contiene las advertencias: una sección de dura reprimenda que incluye una larga descripción de todas las maldiciones y sufrimientos que le sobrevendrán al pueblo judío cuando descuidemos las mitzvot .

    Dar caridad a los pobres y, en términos más generales, cumplir con todas nuestras obligaciones de diezmo, activa el atributo de misericordia de Di-s en lugar de Su atributo de justicia. Él prefiere bendecir en lugar de castigar y siempre busca formas de hacerlo. En mérito de nuestra caridad, pedimos: Di-s, por favor mira hacia abajo —hashkifah— y bendice la Tierra que nos has dado. Bendícela para que siga fluyendo leche y miel, bendice la economía y bendice a cada judío.

    Sirviendo a Dios con alegría
    Al leer las palabras de la Reprensión, debemos prestar especial atención a una parte en particular:

    “Todas estas maldiciones caerán sobre vosotros… por no servisteis al Señor, vuestro Di-s, con alegría y con gozo de corazón, cuando teníais abundancia de todo.” 

    Tenías todo y servías a Di-s, pero cuando lo hacías, eras miserable.

    Por supuesto, todos enfrentamos desafíos en nuestras vidas, pero también experimentamos mucha bondad. Debemos ver el vaso proverbial medio lleno en lugar de medio vacío y servir a Di-s con alegría y gozo de corazón, y no, Di-s no lo permita, lo contrario.

    En tono más alegre, este hombre dijo una vez: “Me dijeron: ‘Anímate, las cosas podrían ser peores’. Así que me animé y, efectivamente, las cosas empeoraron”.

    Bendiciones ocultas
    El Rebe comparte una hermosa historia en Hayom Yom  sobre Rabí DovBer, el segundo Rebe de Jabad , también conocido como el Rebe Mitteler . Un año, su padre, Rabí Shneur Zalman, fundador de Jabad , conocido como el Alter Rebe , quien era el lector designado de la Torá en su sinagoga en Lyozna, estaba fuera de la ciudad durante la lectura de la porción de Ki Tavo, por lo que un lector sustituto tomó su lugar.

    El rabino DovBer, que en ese momento era un niño de 10 u 11 años, escuchó la parte de las maldiciones y se enfermó. De hecho, estaba tan enfermo que unas semanas después, cuando llegó Iom Kipur , no tenía fuerzas para ayunar como lo hacía normalmente.

    Los jasidim le preguntaron al joven DovBer: “Escuchas esta porción todos los años y estás bien. ¿Por qué de repente te enfermaste al escucharla?”

    El rabino DovBer explicó: “Cuando mi padre lee, no hay maldiciones. ¡Solo oigo bendiciones!”.

    Estos versículos, que en la superficie parecen maldiciones, tienen un significado más profundo; en ese nivel, son bendiciones. Cuando el Alter Rebe los leía, su hijo escuchaba esas bendiciones.

    Desde nuestra perspectiva humana, parecen maldiciones, pero desde la perspectiva de Di-s, que no podemos ver, incluso las maldiciones pueden ser bendiciones.

    Sin embargo, en apariencia, la Reprimenda predice tiempos y acontecimientos difíciles que le sobrevendrán al pueblo judío, que, lamentablemente, hemos visto cumplidos muchas veces. En tiempos recientes, presenciamos los horrores del Holocausto y las atrocidades del terrorismo islámico. Que Di-s vengue toda la sangre judía inocente que se ha derramado a lo largo de los siglos.

    El panorama general
    Al describir la era del Mashiaj , el profeta Isaías promete: “El Señor Di-s enjugará las lágrimas de todos los rostros…” 

    La palabra hebrea para lágrimas es dima, que en un sentido más amplio puede denotar llanto, tristeza o tragedia. El rabino Isaac Luria , el cabalista del siglo XVI conocido como el Arizal , señaló que el valor numérico de la palabra dimah es el mismo que el de la palabra moed , que significa “festival” y en un sentido más amplio puede denotar alegría, felicidad o celebración.

    Según esta enseñanza, todo lo triste es en realidad algo feliz. ¡Pero seguro que no lo parece! Si la tristeza es en realidad felicidad, ¿por qué nos sentimos tan tristes?

    Veamos los valores numéricos. La palabra dima equivale a 119 y moed a 120. ¿Por qué decimos entonces que tienen el mismo valor? La respuesta está en la regla de gematría de “ im hakolel ”, que significa que la palabra en sí misma suma un valor de 1. Usando este método, la gematría de dimah más el valor de la palabra en sí misma equivale a moed .

    Suena intrigante, pero ¿qué es lo que realmente está sucediendo? ¿Las lágrimas se transforman en festividades simplemente gracias a un método especial de gematría ?

    El Rebe explica que en la vida debemos reconocer que todo lo que estamos atravesando es solo una pequeña parte de casi 6000 años de creación. Está la situación en la que nos encontramos y luego está el panorama general. Im hakolel representa el panorama general. 9

    Las lágrimas ( dima ) suman 119, pero cuando consideramos el panorama general, llegamos a 120, moed , una festividad. Cuando vemos nuestra experiencia desde la perspectiva de Di-s, como parte del Plan Maestro, incluso las maldiciones pueden ser vistas como bendiciones.

    Ignorar el panorama general es como ver un minuto de una película de dos horas y decir: “No lo entiendo”. ¿Cómo podrías hacerlo? ¡Hay casi dos horas de escenas que no has visto!

    Lo que vemos en la vida es una pequeña parte de la película. Miles de años la precedieron y muchos años la seguirán. Vemos un pequeño fotograma y, sin embargo, queremos entenderlo todo.

    Recuerden im hakolel , dice el Rebe. Para nosotros, algo puede parecer una tragedia, pero para Di-s es una celebración. Y eso requiere el más alto nivel de fe y la más profunda confianza en Él.

    El final de la historia
    Después de que el pueblo escuchó las maldiciones en la Reprimenda, se asustó y dudó de su capacidad para sobrevivir a tal sufrimiento. Moisés , siempre el pastor amoroso, los tranquilizó:

    “Sin embargo, hasta el día de hoy, el Señor no te ha dado un corazón para saber, ojos para ver y oídos para oír.”  Como explica Rashi  , sólo ahora tienes la capacidad de reconocer la bondad de Di-s a lo largo de todos estos años, y por lo tanto, aferrarte a Él.

    Moisés continuó: “Os guié por el desierto durante cuarenta años… Nadie puede sondear ni las profundidades de la mente de su maestro ni la sabiduría de sus estudios antes de cuarenta años…”

    “De ahora en adelante [ya que hoy se cumplen cuarenta años para el pueblo de Israel]”, dijo Moisés,  comenzarán a apreciar y comprender todo lo que les he enseñado. A veces, es necesario ver la historia completa, el panorama completo, para comprender lo que está sucediendo. Ahora están al final de la historia.

    Han pasado cuarenta años desde que el pueblo judío recibió la Torá, y ahora finalmente pueden apreciar la grandeza de Di-s, la grandeza de la Torá y la grandeza de Moisés y sus enseñanzas. Después de cuarenta años, deberías poder ver el panorama completo. Deberías poder ver las circunstancias de tu vida im hakolel .

    El Rebe hizo referencia a esta idea en 1990-91, cuando los jasidim celebraron sus cuarenta años de liderazgo. “Han pasado cuarenta años desde el fallecimiento del Rebe anterior”, dijo el Rebe con cariño. “Estamos entrando en una nueva era. Ahora podemos apreciar plenamente sus enseñanzas y ver el panorama general que él intentaba mostrarnos: la visión de la llegada del Mashiaj”. 

    El Rebe nos animó a mirar a nuestro alrededor y a ver los grandes milagros que están teniendo lugar: la caída del Muro de Berlín, el fin de la Unión Soviética y la caída del comunismo, y la rápida resolución de la Guerra del Golfo. ¡Éstos son acontecimientos mesiánicos, proclamó el Rebe! El mundo ya ha comenzado a cambiar y la transformación se puede ver.

    Habiendo pasado las tres cuartas partes del sexto milenio, el año 5750 (que corresponde a 1990), hemos entrado en la era mesiánica. “Ha llegado el tiempo de vuestra redención”, declaró el Rebe.

    Hemos visto las maldiciones en la Reprimenda demasiadas veces en nuestra historia. Es hora de que veamos las bendiciones. Que Di-s vengue la sangre de todos aquellos asesinados en el Holocausto, y más recientemente por terroristas islámicos, y que Él nos conceda tremendas bendiciones, incluyendo la bendición suprema: la llegada de nuestro justo Mashiaj que marcará el comienzo de la Redención Suprema y el fin de todo sufrimiento y tragedia. Que esto suceda rápidamente en nuestros días. Amén .

    Una sociedad divina

    Plan para una sociedad divina. Lecciones de vida de la parashá Shoftim


    Por Yehoshua B. Gordon

    La porción de la Torá de Shoftim continúa el discurso final de Moisés a los Hijos de Israel , quienes están a punto de ingresar a la Tierra Santa. Como un padre amoroso que transmite su última voluntad y testamento a sus hijos, Moisés alienta, amonesta y recuerda al pueblo, preparándolos para la vida en la Tierra sin él.

    La vida en el desierto era divina, caracterizada por la dicha espiritual, con alimento celestial entregado diariamente, una fuente milagrosa y constante de agua y Nubes de Gloria protectoras .

    En la porción de Shoftim, Moisés básicamente les dice a los Hijos de Israel: “A pesar de su divino viaje espiritual a través del desierto, comprendo que ustedes son sólo seres humanos, y que construir una sociedad, una civilización, requerirá interacciones y relaciones que inevitablemente implicarán peleas, disputas y enfrentamientos”. Pero Moisés les recuerda a los israelitas que Di-s ha prescrito mitzvot y reglas para las sociedades; de hecho, hay leyes para cada eventualidad. Aunque la vida en Israel estará rodeada e inmersa en lo físico (agricultura y negocios, empleos y granjas), puede y debe seguir siendo divina.

    Orden público
    Un sistema judicial justo y equitativo es un elemento fundamental de una sociedad justa. Los jueces justos y honestos mantienen la ley y el orden, mientras que los jueces corruptos fomentan la anarquía y el desorden.

    “No perviertas la justicia.”  Un juez debe tratar a ambos litigantes por igual, no solo al emitir un veredicto sino también al escuchar sus testimonios. “Un juez no puede aceptar un soborno” bajo ninguna circunstancia, “porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos.”  Incluso cuando un juez ya ha emitido un veredicto, o está absolutamente seguro de que un regalo no influirá en su juicio, ¡incluso cuando un juez está a punto de fallar a favor de quien ofrece el soborno! – el soborno sigue estando prohibido. Un juez no puede juzgar a una persona que dio, o incluso ofreció, un soborno porque no podrá mantener su objetividad. Es simplemente imposible.

    La naturaleza humana es tal que cuando alguien nos hace un favor, queremos corresponderle. Incluso una persona honesta y buena se inclinará hacia alguien que le haga un regalo.

    Uno de los grandes maestros jasídicos tuvo una vez dos litigantes ante él cuando de repente se puso de pie y anunció: “No puedo explicar por qué, pero siento que debo recusarme. Tendrán que encontrar otro juez”. Ante el aparente desconcierto de los litigantes, el rabino tomó su abrigo del perchero y se fue. Cuando el rabino llegó a casa y colgó su abrigo, ¡descubrió un fajo de billetes que uno de los litigantes había dejado allí!

    El árbol de Asera, que Moisés menciona al pasar de la necesidad de justicia al pecado de la idolatría, era un árbol idólatra que la Torá ordena repetidamente que nunca se debe plantar, y los árboles de Asera existentes deben ser arrancados y destruidos. El Rabino Jacob Ben Asher , el comentarista bíblico de finales del siglo XIII y principios del XIV conocido como el Baal Haturim , enseñó que el valor numérico de la palabra Asera es el mismo que dayan sheeno hagun, las palabras hebreas para “juez inapropiado”.  Si se nombra a un juez de manera incorrecta (“¡Mi cuñado necesitaba un trabajo!”), ¡es como si se plantara un árbol idólatra junto al Altar sagrado! Debemos ser muy cuidadosos con respecto a quiénes nombramos como nuestros jueces. Nuestra sociedad depende de ello.

    Respetar y adherirse
    El tribunal supremo judío, el Sanedrín , estaba compuesto por 71 jueces. Cualquier decreto emitido por el Sanedrín era vinculante para toda la nación judía. Los tribunales inferiores estaban compuestos por 23 jueces, mientras que un Beit Din local podía tener solo tres. Independientemente del tamaño de un tribunal, sus jueces siempre deben usar la Torá como guía.

    “Y vendréis… al juez que estará en aquellos días , y preguntaréis, y os dirán las palabras del juicio.” 

    Incluso si el juez actual no es como recuerdas a los jueces de épocas anteriores, no digas: “¿Debería acudir a este juez? En la época de mi abuelo, recuerdo cómo eran los jueces de verdad. ¡Esos eran los tiempos! ¿Este juez? ¡Ja! Fui a la escuela con él. Solíamos hacer trampas juntos jugando a las cartas de béisbol”. En cambio, debes respetar al juez porque se debe mantener un sistema de ley y orden. Solo tienes acceso a los jueces que existen en tu época.

    Además, todos los litigantes deben atenerse a la decisión del tribunal: “No puedes desviarte de lo que te digan, ni a la derecha ni a la izquierda”.  No puedes elegir ser menos meticuloso que el Beit Din , ni puedes elegir ser más religioso que su decisión.

    Una persona no puede decir: “¡Soy un gran erudito! ¡Sé más! ¿No sabes quién es mi abuelo?”. Todos deben acatar las decisiones del tribunal, independientemente de su linaje.

     

    Hablemos de ello
    Moisés le dice al pueblo judío que cuando entren a la Tierra, deben “designar tres ciudades de refugio adicionales…” Estas ciudades sirvieron como refugios seguros para quienes cometieron homicidios involuntarios.

    La Torá describe al homicida involuntario como aquel que “hiere a muerte a su prójimo sin intención, a quien no odiaba en el pasado”.  En este caso, no había antecedentes entre los dos; no se trataba de una situación en la que el asesino hubiera tenido problemas previos con la víctima. Fue involuntario.

    Sin embargo, la Torá también reconoce que el asesinato intencional, Di-s no lo permita, ocurre. Es una triste realidad. Cuando las personas están preocupadas por sus propiedades, posesiones y finanzas, los conflictos con amigos, vecinos y competidores son inevitables. Tales conflictos pueden escalar hasta los desenlaces más trágicos, incluido, lamentablemente, el asesinato premeditado.

    ¿Cómo puede llegar a tal extremo que conduzca al asesinato, Di-s no lo permita? La Torá es muy clara: “Si un hombre odia a su prójimo, y como resultado de este odio lo acecha, se levanta contra él y lo hiere mortalmente intencionadamente”, entonces las ciudades de refugio no le sirven como refugio seguro, y debe ser llevado ante los tribunales para ser juzgado.

    La Torá nos enseña una lección fundamental de vida: si tienes un problema con alguien, habla con él con calma en lugar de permitir que el odio y el resentimiento se enconen y crezcan, lo que un día podría llevarnos a algo terrible. Al menos debemos intentar resolver el problema.

    Éste también es un ingrediente clave para una sociedad divina: una civilización basada en la Torá y las mitzvot .

    Respetando los límites
    Llevarnos bien con nuestros vecinos requiere respetar los límites, tanto físicos como sociales.

    “No debes empujar el lindero de tu vecino, que tus predecesores han erigido como marcadores fronterizos, hacia su territorio para aumentar el tamaño de tu propio territorio, porque eso es robo.” Este versículo nos enseña a no invadir la propiedad de otra persona y simbólicamente representa el no infringir el sustento de otros.

    Si mi vecino tiene una zapatería, debo respetar los límites de su negocio y no abrir una zapatería competidora justo al lado. Deberíamos preguntarnos: ¿Es esto lo moralmente correcto? ¿Es esto lo que Di-s quiere de nosotros?

    Cuenta la leyenda que dos hermanos eran vecinos. Cada uno trabajaba su tierra cultivando trigo. Uno de los hermanos estaba casado y tenía una familia numerosa, mientras que el otro era soltero.

    El hermano soltero pensó que Di-s lo había bendecido con más de lo que necesitaba, mientras que su hermano casado seguramente podría necesitar más. Entonces, se despertó en medio de la noche y en secreto movió los límites de su campo, dándole parte de su tierra a su hermano para aumentar su propiedad.

    A su vez, el hermano casado pensó que era afortunado por tener esposa e hijos, mientras que su hermano soltero tendría que impresionar a los casamenteros con su riqueza para poder atraer a una linda muchacha judía. Él también se levantó en mitad de la noche y movió discretamente los mojones de los límites para aumentar la superficie de la tierra de su hermano.

    Por la mañana, cada hermano se preguntó por qué no se notaba una disminución en su propio campo, así que repitieron el acto la noche siguiente. Esto continuó durante varias noches hasta que una noche, se encontraron. En ese momento, entendieron lo que el otro había estado haciendo y se abrazaron con amor. Según cuenta la historia, Di-s miró hacia abajo y dijo: “Este es un lugar sagrado; aquí es donde se construirá el Beit Hamikdash ( el Templo Sagrado )”.

    Promesas de campaña
    Moisés le dice al pueblo que llegará un tiempo en que mirarán a su alrededor y verán que otras naciones tienen reyes, palacios y monarquías, y desearán lo mismo. 

    La Torá permite el nombramiento de un monarca y tiene muchas leyes y mitzvot relacionadas con el papel y las responsabilidades del rey . En los días del profeta Samuel , el rey Saúl fue designado como el primer rey. 

    Curiosamente, la sección que habla del nombramiento de un rey sigue inmediatamente a la sección sobre la idolatría. Esta secuencia nos enseña que la primera responsabilidad del Rey de Israel es erradicar todos los ídolos paganos de su reino.

    Una de las obligaciones más intrigantes de un rey es que debe escribir dos rollos de la Torá: uno que debe guardar en un lugar seguro y el otro que debe llevar consigo a donde quiera que vaya. Cuando el rey está en la sala del trono o en su residencia privada (en cualquier lugar donde esté permitido llevar un rollo de la Torá), el rey debe llevarlo consigo. Esta práctica sirve como un recordatorio constante para que el rey siga la Torá.

    ¿Cuál es el propósito del rollo que permanece oculto, el que está guardado en el tesoro? ¿Por qué el rey necesita ambos rollos?

    De esto se puede aprender una profunda lección de vida:

    Todos estamos muy familiarizados con el mundo de los funcionarios electos. Cuando se presentan a las elecciones, los políticos prometen el oro y el moro.

    “Cuando sea elegido, haré esto y haré aquello”.

    “¡Vota por mí y te liberaré!”

    Pero ¿qué ocurre entonces? Las cosas son muy diferentes una vez que son elegidos y han asegurado su puesto. Si se escuchan los fragmentos de cualquier campaña, se verá que las promesas rara vez coinciden con la realidad.

    Un rey judío debe escribir dos rollos. Uno lo lleva consigo en todo momento y el otro lo guarda. Y cada cierto tiempo, el rey debe sacar el segundo rollo del lugar donde lo guarda y asegurarse de que el que lleva consigo (aquel por el que vive y gobierna) aún concuerde. Debe asegurarse de que, en el curso de la realización de sus responsabilidades reales cotidianas, no haya cambiado, Di-s no lo permita, nada de lo que está escrito en la Torá.

    Esta es una lección poderosa para todos nosotros. A lo largo de nuestra vida diaria, debemos revisar periódicamente la Torá y asegurarnos de que no nos hemos desviado de sus enseñanzas. Debemos vivir con coherencia: la coherencia de la Torá que permanece inmutable.

    ¿Qué debía hacer el rey con el rollo que llevaba? Debía leerlo todos los días de su vida. Nunca debía dudar sobre lo que debía hacer o lo que implicaba una ley en particular, porque siempre estaba ocupado con la Torá.

    Debemos seguir este ejemplo. Cada uno de nosotros debe estudiar la Torá diariamente, al menos la porción diaria de la Torá. La Torá guía nuestras vidas y si alguna vez enfrentamos dilemas o preguntas, siempre encontraremos respuestas y soluciones en ella. El rey hace esto y nosotros también deberíamos hacerlo.

    Internalicemos las hermosas enseñanzas de esta parashá e infundamos Divinidad y propósito en los aspectos mundanos de nuestra vida diaria. Que podamos tener el mérito de construir la sociedad divina definitiva con la llegada de nuestro justo Mashiaj —el último rey judío de la dinastía davídica— y que esto se haga realidad rápidamente en nuestros días.

    Amén .

    Elegir el camino correcto

    Lecciones de vida de la parashá Re

    Por Yehoshua B. Gordon.

     Bendiciones y maldiciones
    «He aquí, pongo hoy delante de vosotros una bendición y una maldición.» 

    Con estas palabras se inicia la porción de la Torá de Re. Moisés sigue dirigiéndose a los Hijos de Israel , que se encuentran reunidos al este del río Jordán, listos para entrar en la Tierra Santa.

    Moisés continúa:

    La bendición, si escucháis los mandamientos del Señor vuestro Di-s, que yo os ordeno hoy; y la maldición, si no escucháis los mandamientos del Señor vuestro Di-s , y os apartáis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no conocisteis. 

    Moisés le informa al pueblo judío que pueden recibir tremendas bendiciones si se adhieren a los mandamientos de Di-s, o maldiciones si no lo hacen.

    ¿Qué es exactamente el “apartamiento” que lleva a “seguir a otros dioses”?

    ¿Cómo es posible que un judío no sólo peque, sino que llegue al extremo de negar toda la Torá ? Todo comienza con un pequeño paso en falso, un ligero desvío del camino correcto.

    Imaginemos a una persona que camina por un bosque denso. Se desvía del camino por alguna razón, con la intención de regresar. Si se desvía solo brevemente y no se aleja demasiado, es probable que encuentre el camino de regreso. Pero si continúa caminando durante un tiempo después de tomar ese pequeño desvío, estará muy lejos de donde pretendía ir y probablemente le resulte difícil encontrar el camino de regreso al camino original.

    Así es como un judío puede pasar de observar todas las mitzvot a, Di-s no lo quiera, despertarse una mañana y encontrarse sirviendo ídolos. Todo comienza con un pequeño paso fuera del camino recto y angosto.

    Viajes acelerados
    Mi padre, el rabino Sholom B. Gordon, de bendita memoria, explicó esta idea con una aplicación contemporánea:

    Hubo un tiempo en que esta transición hacia el abandono de la observancia de las mitzvot era un proceso lento. Una persona podía dejar de asistir a una clase de Torá, comprometerse con una ley de la Torá o hacer un pequeño cambio en la interpretación de una enseñanza de la Torá, creyendo que sólo había dado un pequeño paso fuera del camino. El resultado de ese paso en falso, aunque puede llevar varias generaciones, puede ser que los nietos o bisnietos sean asimilados, Di-s no lo permita.

    ¿Por qué tardó tanto?

    Porque iba caminando, paseando tranquilamente por un sendero forestal. Pero ¿y si iba a caballo y galopaba por una carretera? ¿O en coche, a toda velocidad por una autopista? Con un medio de transporte más rápido, incluso una pequeña desviación del camino puede llevar a una persona muy lejos. Hoy, con los avances tecnológicos que se han convertido en parte de nuestras vidas, podemos cubrir muy rápidamente una gran distancia y, en poco tiempo, dar la vuelta y descubrir que estamos perdidos.

    Sin embargo, ocurre lo mismo a la inversa: cuando una persona está en camino de regreso pero va andando, el camino a casa es largo. Pero con la veloz tecnología actual, puede regresar muy rápidamente.

    De Rebes y caballos
    Uno de los discípulos del Tzemach Tzedek , el tercer Rebe de Jabad , tuvo un hijo que abandonó el judaísmo. Entre otras cosas, el joven se apasionó por los caballos y la equitación.

    Cuando el discípulo le preguntó al Rebe qué podía hacer para que su hijo regresara a los caminos de la Torá, se le indicó que llevara a su hijo con él en su próxima visita.

    El joven, sin embargo, no estaba interesado.

    Finalmente, aceptó ver al Rebe, pero sólo si podía ir a caballo y permanecer en su caballo durante toda la visita.

    Cuando llegaron, el Alter Rebe le preguntó al joven:

    “Dime, ¿cuál es mejor, un caballo lento o un caballo rápido?” “Rebe”, exclamó el joven, “¡obviamente, un caballo rápido es mejor!”

    “¿Y por qué un caballo rápido es mucho mejor que uno lento?”, preguntó el Rebe.

    El joven explicó pacientemente que un caballo rápido puede llevarte de un lugar a otro con tanta velocidad que llegarás a tu destino mucho más rápido.

    “Te entiendo”, dijo el Rebe, “pero ¿qué pasa si el caballo rápido va en la dirección equivocada? En ese caso, la velocidad es una desventaja porque terminas mucho más lejos en la dirección equivocada que si estuvieras en un caballo lento”.

    “Es cierto”, admitió el joven. “Pero en cuanto te das cuenta de que vas por el camino equivocado, puedes dar la vuelta y volver a la dirección correcta mucho más rápido”.

    El Rebe miró directamente al joven y respondió: “Sí, tan pronto como te des cuenta de que es la dirección equivocada. Tan pronto como te des cuenta”.

    El joven interiorizó las palabras del Rebe y, finalmente, en su rápido caballo, regresó.

    Adoración de ídolos 2.0
    Nuestros sabios vieron que el atractivo de la idolatría pagana durante la época del Primer Templo Sagrado era tan poderoso que nadie podía resistirse a él. De hecho, esa fue la razón por la que se destruyó ese Templo. Hoy en día, es difícil entender por qué la idolatría era tan atractiva para nuestros antepasados.

    ¿Qué llevó a la desaparición de este deseo abrumador de idolatría? El Talmud  relata que los Sabios, razonando que el riesgo de la idolatría superaba el beneficio de evitarla, pidieron a Di-s que eliminara la tentación del mundo, y Di-s estuvo de acuerdo.

    ¿Qué tenemos hoy en su lugar? El fenómeno de la adoración al dinero: el deseo abrumador de “éxito”.

    Como dijo el hombre que dijo: “Mi esposa y yo nos divorciamos por razones religiosas: ella adora el dinero y yo no tengo nada”.

    Hoy en día, la búsqueda de riqueza puede llevarnos a desviarnos del camino de la Torá, y el deseo insaciable de tener cada vez más se convierte en un obstáculo para servir a Di-s.

    En verdad, nuestro dinero es uno de los tres elementos principales con los que debemos amar y servir a Di-s. En Vaetjanan, la porción que leímos hace unas semanas, Moisés instruyó al pueblo judío (en lo que luego se convirtió en parte de la oración fundamental del Shemá ): “Y amarás al Señor, tu Di-s, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. 

    Servir a Di-s con “todas tus fuerzas” significa servir a Di-s con todos tus medios. Una persona invierte el máximo esfuerzo y energía –de hecho, todas sus fuerzas– en planear y trabajar, sudar y sudar para ganarse la vida. Por eso, el dinero es una posesión muy querida y necesaria. No hay nada más grande que tomar ese dinero ganado con tanto esfuerzo y usarlo para servir a Di-s.

    Dar y recibir
    Gran parte de la porción de Re está dedicada a detallar cómo servimos a Di-s con nuestro dinero, particularmente a través de la caridad y el diezmo.

    La mitzvá del diezmo (separar el diez por ciento de las ganancias para caridad) seguía el ciclo agrícola de siete años de los años sabáticos. Como el séptimo año era un año de descanso, cada ciclo tenía seis años de ganancias. En los años 1, 2, 4 y 5, el diez por ciento de la producción de cada agricultor debía llevarse a Jerusalem y consumirse allí, y en los años 3 y 6, el diez por ciento de la producción debía entregarse a los pobres. Y en todos los años, el diez por ciento se le daba al levita y una parte se le daba al kohen , el sacerdote.

    Si bien la obligación de diezmar no se aplica a los productos cultivados fuera de la Tierra de Israel, la práctica del diezmo todavía se aplica a las ganancias monetarias.

    Diezmo, dice Di-s. Dar caridad. Dar es la mejor manera de recibir.

    Di-s dice: “ Aser ti’aser ” – “Seguramente diezmarás toda la cosecha de semillas que dé el campo”.  Dado que la raíz de la palabra aser, que significa “diezmo”, puede leerse como asher , “rico”, los Sabios interpretan “ Aser ti’asher ” como “Diezma para volverse rico”. ¡Da caridad para ser rico! Y si bien no debemos hacer mitzvot para obtener una recompensa, cuando se trata de caridad, Di-s nos dice que hagamos precisamente eso.

    “¡Ponme a prueba en esto!”, dice Di-s. 

    Da caridad con la intención expresa de hacerte rico. Di-s cumplirá Su promesa.

    Pagado por comisión
    Puede parecer una carga oír que debemos donar al menos el diez por ciento de nuestras ganancias a obras de caridad. Por supuesto, la caridad es admirable y estamos felices de dar, pero ¿donamos diez dólares de cada cien que ganamos? Puede parecer demasiado.

    Un rabino se dirigía a un grupo de vendedores para motivarlos a hacer obras de caridad. “Todos los que están en esta sala cobran una comisión”, comenzó. “¿Cuál es su tasa de comisión?”

    Los vendedores respondieron con tasas del 25%, 40% y 50%. Uno incluso llegó a obtener el 60%.

    “Di-s ofrece la mejor comisión de la historia”, exclamó el rabino. “Nos da el 90% de comisión. ¡Lo único que quiere para la empresa es el 10%!”

    El levita involuntario
    El Midrash  cuenta la historia de un hombre rico que poseía un campo que producía mil toneladas de productos cada año. De acuerdo con el mandamiento de la Torá de diezmar, él reservaba 100 toneladas por año. Mientras yacía en su lecho de muerte, llamó a su hijo y le dio estas instrucciones finales: “Hijo mío, este campo que te dejo produce mil toneladas cada año. Asegúrate de continuar diezmando 100 toneladas, tal como lo he hecho durante toda mi vida”. Poco después de dar este consejo, falleció.

    Después de la muerte de su padre, el hijo heredó el campo, que efectivamente produjo las 1.000 toneladas esperadas en el primer año. Fielmente, apartó las 100 toneladas para el diezmo. Sin embargo, en el segundo año, su contable comenzó a molestarlo. “Esto es demasiado para regalar”, le aconsejó. “Tal vez deberías reducirlo un poco”.

    El hijo decidió no diezmar ese año. Para su sorpresa y decepción, al año siguiente el campo produjo solo 100 toneladas, apenas el diez por ciento de su rendimiento habitual. Pensó que estaba ahorrando dinero, pero en cambio descubrió que retener el diezmo le había ocasionado una pérdida significativa.

    El hijo abatido llegó a la sinagoga y, para su sorpresa, el rabino preparó un kidush en su honor. “¡Rabino!”, exclamó, “¡Mi familia está en la ruina financiera y usted está haciendo un kidush ! ¿Se está burlando de nosotros?”

    —¡Di-s no lo quiera! —respondió el rabino—. Estamos de fiesta. Antes eras un hombre muy rico, ¡ahora te has convertido en levita ! Antes conservabas el noventa por ciento y le dabas el diez por ciento al levita; ahora Di-s se queda con el noventa por ciento y tú recibes el diez por ciento.

    Tenemos una opción: podemos dar el 10% y quedarnos con el 90%, o viceversa. La elección es nuestra.

    «He aquí, pongo hoy delante de vosotros una bendición y una maldición.»

    Elijamos el camino correcto. Y que el mérito de nuestras mitzvot, especialmente nuestra caridad, apresure la llegada de nuestro justo Mashiaj , pronto en nuestros días. Amén